En un mundo donde todo viene listo para usar, donde parece incluso hecho a nuestra medida, donde basta con coger de la estantería o enviártelo por correo, donde todo está creado para hacernos la vida más fácil, ¿por qué deberíamos tomarnos el tiempo para hacer nuestro propio jabón?
Yo solo puedo decirte por qué fabrico mis propios jabones. Me permite escoger con cuidado cada ingrediente evitando todos los productos sintéticos que pueden tener los jabones o geles convencionales.
¿Sabes exactamente qué contiene lo que te pones en la piel?
Para mí, es un tiempo que me dedico donde salgo del “corre corre” del día a día, me ayuda a relajarme y me conecta con mi propia naturaleza.
Siempre que hago un jabón, pienso para qué o para quién lo quiero. Crearlo con un propósito en mente me permite escoger mejor los ingredientes para el jabón, es importante sabes qué aceites vegetales, aceites esenciales, plantas, arcillas, avenas… van mejor con tu piel.
El último jabón que he hecho es para piel sensible e irritada, y lo he hecho pensando en mi peque, que ya no es tan peque. Este lleva avena y caléndula, además de aceite vegetal de oliva y de coco, y de aceite esencial de Lavanda y Copaiba.
¿Sabes qué tipo de ingredientes van mejor para tu tipo de piel?
Dedicar tiempo a encontrar la respuesta y a cuidar nuestra piel nos ayuda a ser más conscientes de nuestro propio cuerpo, de lo que pensamos y sentimos, y por ende, a ser más libres para ser más nosotr@s mism@s.