¿Alguna vez te miras al espejo y te sientes agradecida en lugar de crítica? ¿Qué pasaría si empezaras a concentrarte en las partes de ti misma que disfrutas?Las investigaciones sugieren que expresar aprecio por nuestro cuerpo mejora nuestra imagen corporal.
Pero ¿por dónde empezar? Cuando nuestra voz interior crítica comienza a emerger con un pensamiento como “desearía que mi nariz fuera más pequeña”, podemos responder pensando “amo mi pelo”. Para la mayoría de las personas, la voz interior crítica puede distraerse con bastante facilidad. Esto puede parecer una tontería al principio, pero si creamos una lista de las partes de nuestro cuerpo que nos gustan, o que por lo menos apreciamos, será más fácil y natural silenciar automáticamente a nuestro crítico interior. Lo ideal sería dedicar un tiempo a pensar y enumerar las características físicas que nos gustan, y hacer un buen uso de esta lista.
También podemos intentar establecer una rutina, como expresar gratitud por nuestro cuerpo todas las noches cuando nos cepillamos los dientes. La clave es combinar su ejercicio de gratitud con otro comportamiento que ya tengamos el hábito de practicar diariamente. De esta manera, el comportamiento habitual sirve como recordatorio para seguir con el ejercicio de gratitud.
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