Cuando hablamos de tu cuerpo, no es lo mismo moverse quehacer ejercicio. Moverse implica que se puede utilizar el cuerpo para otrascosas mientras se mueve. Por ejemplo, puedes ir al super y comprar. O puedes ira pasear, y hablar mientras caminas.
Hacer ejercicio es otra cosa. Implica que, durante un tiempo determinado, ejecutas una serie de movimientos con la intención de mantener o mejorar tu forma física y el objetivo de adquirir, desarrollar o conservar una habilidad, estimulando la actividad de tu cuerpo de manera muy específica.
Es decir que, hacer ejercicio mientras compras en el supermercado es un tanto complicado. Por otro lado, mantener una conversación mientras haces ejercicio es absolutamente desastroso para los resultados del ejercicio mismo. Sea como sea, hacer ejercicio produce felicidad, siempre y cuando no lleves a tu cuerpo a estresarse.
Y sucede que, para lograr eso, solo tienes que definir objetivos más cortos en tus rutinas de ejercicios, de manera que los puedas cumplir y acabar cada vez. Sucede que al ser rutinas más pequeñas y poder acabarlas cada una, se producirá la liberación de dopamina en tu cabeza, lo que te hará sentir motivación, a la vez que tendrás la sensación de que has completado bien el trabajo, y de que has sacado provecho del ejercicio.
Se trata, sencillamente, de que planifiques tus ejercicios en hitos más cortos, mas pequeños, dentro del objetivo mayor que buscas.
Al hacerlo “por partes”, tu ejercicio se convertirá en un factor de estimulación de tu cuerpo y tu mente. Sea que quieras hacer ejercicios competitivos o recreativos, se trata de lograr añadir el placer motivador que se deriva de una actividad física prolongada que, dividida en pequeñas tareas, termina por producir los cambios neuroquímicos que deseas en tu cerebro.