Los aceites esenciales son excelentes agentes antisépticos y antimicrobianos para purificar el aire, para la higiene personal e incluso para su uso interno a través del consumo oral.
La afirmación procede de un estudio hecho por científicos del Instituto Marie Curie y de la Universidad Abdelmalek Essaâdi y publicado en 2007 que, además, añade que pueden ser utilizados como insecticidas y en la preservación de cultivos o reservas de alimentos
Estas características se deben a su capacidad de favorecer a las células no alteradas en contra de las células alteradas, que está basada en su actividad prooxidante, es decir que con su acción inducen el estrés oxidativo de las células alteradas.
El estudio también explica que los aceites esenciales tienen la gran ventaja de que, por lo general, no producen ningún tipo de efecto sobre la carga genética de la célula a largo plazo y además algunos de ellos muestran una clara capacidad de reducir la frecuencia de las mutaciones dentro de las propias células.
Los autores explican que los aceites esenciales han demostrado ampliamente su capacidad para entrar en la célula de manera controlada y dirigida sin presentar ningún efecto secundario negativo en los tejidos sanos.
Los autores opinan que los aceites esenciales se abren camino, desde lo tradicional, en la vida moderna.
Puedes bajarte el estudio (en inglés) haciendo clic aquí.